Para la enseñanza son necesarios dos aspectos básicos:
a)
Conocer la materia que se desea transmitir.
b) Tener la capacidad de
transmitir estos conocimientos
El conocimiento de la materia, estaría dado por la práctica del arte marcial y el
nivel técnico adquirido con el tiempo. Por eso se requiere para ser instructor
una graduación acorde (Marrón o Negro), que estaría dando la medida de lo
técnico, además de contar con el aval de
nuestro sensei. No se puede descuidar ningún aspecto, ni el conocimiento ni la
capacidad de transmitir, ya que tener deficiencia de nivel técnico o del conocimiento,
aunque se sea un buen transmisor, nos llevará a un momento en la que no
tengamos mucho más que aportar, o a cometer errores desde lo técnico que hagan que
tengan deficiencias en el aprendizaje nuestros alumnos. De la misma forma, a
pesar de tener un buen nivel técnico, si no sabemos comunicar estos
conocimientos o no sabemos dirigir y orientar a nuestros alumnos en sus
inquietudes, estos tendrán problemas en el aprendizaje: no comprenderán, se aburrirán,
no se motivarán y quizás desertarán.
A
la ciencia que estudia la transmisión de los conocimientos se la denomina didáctica
o metodología de la enseñanza.
Existen premisas para mejorar el rendimiento,
algunas de las cuales vamos a ver a continuación:
- La enseñanza debe tener planificación. Es necesario el establecer objetivos,
que pueden ser a corto, mediano y largo plazo. Así, un objetivo a corto plazo puede
ser el resultado en una sucesión determinada de entrenamientos, a mediano plazo
por ejemplo la obtención de un grado, y
a largo plazo la superación de uno mismo. Esto no son sino algunos ejemplos de
objetivos, que serán planteados en función de la clase, del alumno, del dojo u
otros.
- La enseñanza debe tener progresión, llevando a los alumnos de una manera
gradual de técnicas sencillas a otras más complicadas, sin saltos súbitos y sin
dejar baches.
- Podemos utilizar estímulos para hacer progresar a los alumnos, de manera que
les sirvan para una continua superación de sí mismos y mejorar su rendimiento.
Alguna de las
condiciones que debiera reunir la enseñanza para tornarla en aceptable.
- Definir la finalidad del dojo. Esta puede ser múltiple o dedicado y deberá
adecuarse a los diversos tipos de alumnos que acuden a él.
- Crear y adecuar un ambiente propicio
para la enseñanza. Este puede ser diferente según la zona, si es un dojo
de barrio, de zona céntrica de ciudad, de
pueblo etc. Así, podemos crear un ambiente diferente en cada entorno, pero el
objetivo final es que el alumno se encuentre a gusto, que le sea grato ir al dojo,
que encuentre en él algo más que un local para la práctica. Propiciar un
ambiente de camaradería, puede fomentarse la realización de otras actividades
al margen de la práctica cotidiana, pueden ser clases generales, actividades los fines de semana, comidas, encuentros con
otros practicantes de otros dojos, cada instructor lo verá, de acuerdo a sus
alumnos.
- Evitar las lesiones. Es fundamental
que los alumnos se sientan seguros, que no acudan al entrenamiento con el dilema
de si al día siguiente podrán ir a trabajar o a estudiar o se lo impedirá una
lesión. Para evitar las lesiones es necesario un constante control de los
alumnos, sobre todo de aquellos de mayor fuerza, con falta de control o
impericia. Debemos trabajar sobre estos alumnos, tratar de que tomen conciencia
de lo que están haciendo y de cómo deben de actuar con respecto a sus
compañeros. No debemos olvidar, y así se lo debemos transmitir a los alumnos,
que siempre debemos cuidar a los compañeros tanto o más que a uno mismo para no incurrir en una
falta de respeto hacia los compañeros.
- Permanencia de los alumnos La permanencia de los alumnos en el dojo es
importante para la enseñanza, pues difícilmente podremos enseñar si los alumnos
no se quedan el tiempo suficiente. Pero además ésta continuidad o asistencia es
un parámetro que no debemos perder de vista para saber si estamos dando una
enseñanza correcta. Si nuestros alumnos dejan el dojo, es una señal de que,
quizás, en algún punto hemos fallado, algo que debemos analizar cuidadosamente
para dar solución a este acaecer. Las causas por la cual un alumno abandona el
dojo pueden ser varias, puede ser que, por parte del instructor, no conocer los
motivos que han llevado al alumno al dojo, puede ser no haber creado un
ambiente idóneo, etc.
Vamos a exponer brevemente algunos tipos de
enseñanza que podemos aplicar en el dojo, si bien la mayoría de las veces no
utilizaremos un solo tipo, sino una combinación de estos.
- La enseñanza imitativa.
Consiste en la ejecución por parte del instructor
de los movimientos o técnicas que quiere enseñar, y los alumnos los repiten. No
se da ninguna explicación.
- La enseñanza que podemos
denominar analítica. El instructor explica una determinada técnica o movimiento
y los alumnos la ejecutan.
- La enseñanza con demostración.
El instructor explica la técnica y a continuación hace una demostración,
ejecutando la técnica o los movimientos.
Ciertamente, parecería que el tercer tipo es el que
podría ser el más usado, pero hay determinados aspectos del Karate que
requieren el uso de los otros dos, dependerá del objetivo planteado de ese
momento. Como ejemplo podemos usar la enseñanza imitativa en niños pequeños.
La clase o sesión de entrenamiento sería la unidad de tiempo que dedicamos a la
enseñanza. La duración de esta unidad de tiempo puede fluctuar entre una hora y
hora y media, y con un período de dos o tres veces en la semana.
Podemos
separar las clases por edades (clases de niños, adolescente, clases de
adultos), podemos hacerlo por grados o niveles. Esto dará una clase multinivel.
Entonces lo que debemos hacer es adecuar el tipo de enseñanza a la media del
nivel que tengamos en clase, sin desatender por ello a los extremos. En
determinados momentos de la clase podemos incidir más en los cinturones altos,
en otros en los bajos.
Una clase o sesión de entrenamiento puede estar
dividida en diferentes partes, que pueden ser:
- Calentamiento. Su función es adecuar el organismo
para el ejercicio físico, tanto en su aspecto muscular como cardiovascular, de
modo que evitemos lesiones, malestares físicos. Siempre adecuado a las franjas
etarias.
- Estiramientos. Trabajo de la flexibilidad y de la
movilidad articular, que nos sirve para acondicionar el organismo, la
musculatura y la inserción de ella.
-
Fortalecimiento físico. Su función es, fortalecer el cuerpo. Esto tiene
diversos aspectos (fuerza, resistencia, potencia, etc.), que podemos trabajar
con objetivos a mediano plazo. Se puede trabajar ejercicios con chi isi, kongo, Nirigame, etc.
- Ejercitación
de técnicas básicas con repetición de movimientos. Es lo que conocemos por
Kihon, y es uno de los pilares del karate.
- Ejercitación de una serie de técnicas de defensa y
ataque, de puño y pierna, con un orden preestablecido que conocemos como Katas,
que deberá ser base de nuestro entrenamiento. Aquí podemos aplicar la separación de grados
para evitar el hastío de los más avanzados y el estrés de los más nuevos. Su
finalidad es conseguir buena técnica, relajación, velocidad, potencia y espíritu.
- Trabajo con
compañeros. Técnicas de Ippon Kumite, Sanbon Kumite y combate programado (ju Kumite),
la aplicación de los katas (Bunkai) etc. En esta etapa se trabaja la aplicación
de las técnicas anteriormente realizadas con control de la distancia y de la
potencia (Kimé). Se trabaja la diversidad de las técnicas, las variantes de los
bunkai, además debemos trabajar kakie, parte importante de goju ryu.
- Relajación y estiramientos. Trabajo de la
flexibilidad y de la movilidad articular, así como el de relajación general,
que nos sirve para acondicionar el organismo al cese de la actividad, disminuyendo el ritmo cardiaco y
respiratorio, entre otros.
Esto es a título de ejemplo en el cual se pueden variar las
partes, incrementando o disminuyendo su duración, haciendo hincapié en aquellas
que necesitemos más en función de los objetivos trazados para esa determinada
sesión de entrenamiento y tramos etarios.
Un
buen instructor es aquel que consigue unos buenos resultados en cuanto al
rendimiento de los alumnos. Al hablar de rendimiento en karate-do, esto no está
referido a logros deportivos, sino a satisfacción personal, el crecimiento desde
lo humano, la salud, la calidad de vida, la persistencia, y la posibilidad de allanar en lo posible para que pudiere
encontrar el camino por parte del alumno.
Para llegar a esto hay que entender que los fundamentos de la enseñanza de
karate-do son la transmisión de valores, el nivel técnico, la metodología de la
enseñanza, y la comprensión por parte del instructor que uno sin los otros son
la garantía para no cumplir con lo
pretendido.
Si bien en las Artes Marciales nos encontramos con dificultades para la
transmisión como las clases multinivel,
disponemos de herramientas, como por ejemplo, son los cinturones, que
nos pueden servir como estímulos, como medida del avance de los alumnos y como
control del nivel de la clase.
Y, para terminar diría, que la cualidad de un buen instructor es ese difícil
equilibrio que existe entre la autoridad y la confianza con los alumnos. Una
vez que se logra esto, sin olvidar que el arte marcial es vertical, estaremos,
sin duda, en el buen camino.
Roberto Píccolo Basalo