Tratar de presentar el zen con palabras, es como tratar de explicar lo inexplicable. No es fácil, a pesar de que el zen es sencillo. El zen es tomar conciencia de la experiencia diaria de vivir, ante todo, práctica, conocerse a sí mismo. El zen es uno de los caminos que existen para encontrar la realidad y conseguir entender que somos parte de un todo, parte del cosmos.
El zen se conoce en occidente desde el principio del siglo XX, a través de diferentes prácticas como las artes marciales (
Budo) con fundamento en el espíritu como Karate-do,
Kyu-do (camino del arco), Ken-do (camino de la espada),
Aiki-do (camino de la unión con la energía), etc. Otras disciplinas como jardines zen(
Karesansui), teatro (
No), plegado de papel (
Origami), la ceremonia de té (Sado), el arte floral (Ikevana), y otras tantas en el que está el zen presente. El Zen es una disciplina con gran aceptación en Occidente, especialmente en las últimas décadas del siglo. Esto se debe posiblemente en gran parte a su carácter práctico y a su mundana simplicidad, ya que fundamentalmente se trata de un sistema de meditación que permite trascender el mundo de los aspectos aparentes, enseñando a superar los límites y contradicciones que plantea la racionalidad de la mente, permitiendo elevar la conciencia paso a paso hasta alcanzar la percepción de lo real. El zen es la continuación de la transmisión del Dharma, palabra sánscrita que significa, ley natural, conducta apropiada o virtud. El dharma está presente en casi todas las doctrinas y religiones de origen védico (Veda conocimiento en sanscrito) como el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo. Está aceptado que la transmisión de este comienza con el Buda Sakhiamuni. El zen procede de la tradición budista Mahayana india donde se denomina Dhyana, pasa a China y toma parte del Taoísmo chino, cuando este fue llevado a China en el año 519 por el monje Bodhidharma, el zen en esta tomó el nombre de Chan, se expandió por toda Asia, y en Japón toma la expresión de zen, voz abreviada japonesa de Zenna.
Quizás sería un buen resumen lo escrito por Fritjof Capra (físico austriaco) en su libro El Tao de la Física: “El Zen es, por lo tanto, una mezcla única de las filosofías e idiosincrasias de tres culturas diferentes. Es una forma de vida típicamente japonesa y, sin embargo, refleja el misticismo de la India, el amor a la naturalidad y a la espontaneidad de los taoístas y el meticuloso pragmatismo de la mentalidad confuciana”.
Volviendo al vocablo Dhyana, en occidente se le da el significado de meditación, concentración, contemplación, aunque quizás no son los vocablos apropiados, pero no hay palabras para traducir Dhyana en nuestro idioma, no existiendo en las lenguas occidentales vocablo alguno. Dhyana, tendría un significado totalmente opuesto al de la traducción, su significado sería cómo no pensar, cómo estar en un estado de no-pensamiento, cómo estar ahí, pero no hay pensamiento, un estado de no-mente, de conciencia pura. Pero meditación o contemplación o sinónimos de estas palabras son las que convencionalmente son usadas para poder tener alguna idea de que se está hablando.
Aunque el zen se fundamenta con algunos simples principios, expresarlo por medio de las palabras es muy difícil. Las palabras en este caso son una limitación, una dificultad para describirlo.
En el zen son muy utilizadas las parábolas. Las parábolas pueden hacer que el mensaje llegue a todos, pero sólo aquel que estuviese preparado podría entender. El término parábola proviene del griego parabolē, que significa comparación, semejanza, La parábola es un relato supuesto del cual, por analogía o semejanza, se origina una enseñanza relativa a un tema que no está manifiesto. Es un relato figurado o una comparación basada en una observación creíble, tiene un fin didáctico, indicando generalmente algo que puede acontecer de una forma natural y mediante el cual se señalan cuestiones morales y/o espirituales.
El Zen se experimenta, no se explica. A modo de ejemplo, es como si con la foto de una comida, se intentara transmitir a otro lo que se siente cuando se la come. Tarea difícil ¿no? Por lo tanto se debe sentir, experimentar. Zen podría ser el proceso de concentración en un punto único, objeto o acción.
La disciplina zen tiene como certidumbre que todos podemos lograr conocernos a sí mismo mediante la práctica constante.
Para finalizar diría que el zen podría ser: serenidad, armonía y vacío... Pero, sin serenidad, sin armonía y sin vacío...
Roberto Píccolo Basalo